Las pallas de Cajatambo no usan remangas, sino faldas largas semibordadas que terminan en flecos de oro y sobre los hombros y en el pecho llevan un redondel blanco en vuelo; no llevan sombrero sino adornos de flores artificiales y varios pañuelos de colores en las manos. En todas partes las pallas acompañan al Inca, el Rumiñahui los cuida. Bailan y cantan versos alusivos a la grandeza del Inca, a las imágenes religiosas a la que acompañan y a los actos rituales en las que participan, siempre acompañadas por una orquesta de cuerdas (arpa y violines)
foto: Freddy Chuckon